Tuesday, June 17, 2014

El Cantor de Tango -Tomás Eloy Martínez


"Eso es Buenos Aires, se dijo en aquel momento Grete y nos lo repetió más tarde: un delta de ciudades abrazado por una sola ciudad, breves ciudades anoréxicas dentro de esta obesa majestad única que consiente avenidas madrileñas y cafés catalanes junto a pajareras napolitanas y templetes dóricos y mansiones de la Rive Droite, más allá de todo lo cual - le había insistido el taxista - están sin embargo el mercado de hacienda, el mugido de las reses antes del sacrificio y el olor a bosta, es decir el relente de la llanura, y también una melancolía que no viene de parte alguna sino de acá, de la sensación de fin del mundo que si siente cuando se mira los mapas y se advierte cuán sola está Buenos Aires, cuán a trasmano de todo.
Cuando entramos a la avenida 9 de Julio y vimos el obelisco en el centro, me dio tristeza pensar que dentro de dos días tendremos que irnos, dijo Grete. Si pudiera nacer otra vez, elegiría Buenos Aires y no me movería de aquí aunque volvieran a robarme la billetera con cien pesos y la licencia de conducir de Halsingor porque puedo vivir sin eso pero no sin la luz del cielo que he visto esta mañana."