Friday, August 10, 2012

Roberto Bolaño - El Exilio y la literatura

"He sido invitado para hablar del exilio. La invitación me llegó escrita en inglés y yo no sé hablar inglés. Hubo una época en que sí sabía o creía que sabía, en cualquier caso hubo una época, cuando yo era adolescente, en que creía que podía leer el inglés casi tan bien, o tan mal, como el español. Esa época desdichadamente ya pasó. No sé leer inglés. Por lo que pude entender de la carta creo que tenía que hablar sobre el exilio. La literatura y el exilio. Pero es muy posible que esté absolutamente equivocado, lo cual, bien mirado, sería a la postre una ventaja, pues yo no creo en el exilio, sobre todo no creo en el exilio cuando esta palabra va junto a la palabra literatura.

Para mí, creo que es conveniente decirlo ya mismo, es un placer estar aquí con ustedes, en la renombrada y famosa Viena. Para mí Viena tiene mucho que ver con la literatura y con la vida de algunas personas muy cercanas a mí y que entendieron el exilio como en ocasiones lo entiendo yo mismo, es decir como vida o como actitud ante la vida. En 1978 o tal vez en 1979 el poeta mexicano Mario Santiago, de regreso de Israel, pasó unos días en esta ciudad. Según me contó él mismo, un día la policía lo detuvo y luego fue expulsado. En la orden de expulsión se le conminaba a no regresar a Austria hasta 1984, una fecha que le parecía significativa y divertida a Mario y que hoy también me lo parece a mí. George Orwell no sólo es uno de los escritores remarcables del siglo XX sino también y sobre todo y mayormente un hombre valiente y bueno. Así que a Mario, en aquel año ya un tanto lejano de 1978 o 79, le pareció divertido que lo expulsaran de Austria con esa recomendación, como si Austria lo hubiera castigado a no pisar suelo austríaco hasta que pasaran seis años y se cumpliera la fecha de la novela, una fecha que para muchos fue el símbolo de la ignominia y de la oscuridad y de la derrota moral del ser humano. Y aquí, dejando de lado lo significativo de la fecha, los mensajes ocultos que el azar o ese monstruo aún más salvaje que es la causalidad enviaba al poeta mexicano y por intermedio de éste me enviaba a mí, podemos hablar o retomar el posible discurso del exilio o del destierro: el ministerio del Interior austríaco o la policía austríaca o la Seguridad austríaca cursa una orden de expulsión y envía mediante esa orden a mi amigo Mario Santiago al limbo, a la tierra de nadie, que en inglés se dice no man’s land, que francamente queda mejor que en español, pues en español tierra de nadie significa exactamente eso, tierra yerma, tierra muerta, tierra en donde no hay nada, mientras que en inglés se sobreentiende que sólo no hay hombres, pero animales o bichos o insectos sí hay, lo que la hace más agradable, no quiero decir muy agradable, pero infinitamente más agradable que en la acepción española, aunque probablemente mi percepción de ambos términos esté condicionada por mi ignorancia progresiva del inglés e incluso por mi ignorancia progresiva del español (el diccionario de la Real Academia Española no registra el término tierra de nadie, cosa que no es de extrañar, o yo no he buscado bien)..."

Texto completo aqui.

Tuesday, August 7, 2012

Alex Gilvarry - From the memoirs of a non-enemy combatan


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"But on the first foray into Brooklyn Heights with Michelle, I wasn't thinking about any of this. Through the open collar of her frock, I could see her pale skin, the ridges in her chest, and where the plumpness of her small breasts began. Then there was the long freckled neck - a branch. How intoxicating. Her face a ripened piece of fruit! Take a bite, it said. I resisted this compulsion to sexualize her, I swear. Oh, but how I lusted for a body! Still, I knew I needed patience and self-control if I wanted to get together with a girl of Westchester stock. I wasn't going to kiss her yet, I decided,"
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"I watched Michelle trail off along a row of oil street lanterns with Todd Wayne Mercer's knapsack slung over one shoulder. I watched his initials fade away."
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"Those hands could grip my whole being and hold me close. I felt safe whenever she put one on me, as she did at the counter while we slurped our borscht. I placed mine on top of hers and we interlaced our fingers. What warmth! That first breach: My hand touching hers, her hand touching mine, my thigh in her hand, her hand on my thigh. The first time two lovers touch intentionally is always more memorable than a first kiss or a first time, at least for me. It's that rare singular jolt that can never be replicated."
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"Naked, we bare our souls to each other. There are no pretensions. It is the antifashion. Whenever I show skin in one of my dresses - an open chest in front of the heart, or a slither of exposed back - I feel I am providing a peek at the truth. Michelle's body, naked, was like truth serum. I melted at the sight of her bare shoulders, lightly freckled from a summer spent on Nantucket Island; her breasts, two matured handfuls of pale white flesh, outlined with a bikini tan like. I'd get down on my knees and breathe her in just below the navel until her white stomach fuzz stood on end. American women are so wonderfully hairy. Oh, how I fell apart before everything down there! The scent of young womanhood, so unmistakable! Her ass was tremendous - I still dream about its two halves. And what her buttocks held within its dark shadow was the God's honest truth! It was His work, revealed. Go tell it on the mountain."
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Wednesday, August 1, 2012

No Country for old men - Cormac McCarthy



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"He stood there looking out across the desert. So quiet. Low hum of wind in the wires. High bloodweeds along the road. Wiregrass and sacahuista. Beyond in the stone arroyos the tracks of dragons. The raw rock monuntains shadowed in the late sun and to the east the shimmering abscissa of the desert plains under a sky where raincurtains hung dark as soot all along the quadrant. That god lives in silence who has scoured the following land with salt and ash. He walked back to the cruiser and got in and pulled away."

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"I tried to put things in perspective but sometimes you're just too close to it. It's a life's work to see yourself for what you really are and even then you might be wrong. And that is something I don't want to be wrong about."